La censura bajo el régimen franquista en la literatura y la música, por Rafael Bailón Ruiz

La censura bajo el régimen franquista en la literatura y la música, por Rafael Bailón Ruiz: Franco practicó una fuerte represión contra los opositores a la dictadura.

Nada más finalizada la Guerra Civil, la precariedad económica de España es evidente debido al cerco internacional. Son años de autarquía y de miedo a las represalias políticas de los fascistas. La censura contra los escritores que se han exiliado es constante, prohibiéndose también la lectura de aquellos autores “subversivos” para el régimen.

M. L. Abellán ha afirmado:

Lo propio de la censura, y una de sus características más notables (…), es verse superada a cada momento, sufrir un constante volteo, y es que de hecho la censura no es más que un amplio conjunto de volteos, de remolinos: “barra” todavía, pero igual que en la desembocadura de ciertos ríos, por donde pasa el agua bien o mal.

La Junta Técnica del Estado decretó en 1937 que quedaban fuera de la ley aquellos libros “comunistas, socialistas, libertarios y, en general, disolventes”. El informe de lectura del 9 de marzo de 1972 sobre la obra de Francisco Ayala dice así:

El autor, rojillo exiliado, tenía que asomar la oreja de rojillo, y la asoma en el cuento titulado “El tajo” que es todo él ligeramente tendencioso y antimilitarista, con su gotita antirégimen al final. Estimamos debe suprimirse o por lo menos hacer tachaduras ABSOLUTAMENTE IMPRESCINDIBLES en las pg. 129-130-136-141-143 y 152. El cuento “El loco de fe y el pecador” pg. 184 a 188 estimamos necesitaría revisión por un asesor religioso. Se considera por tanto AUTORIZABLE CON TACHADURA.


En otro informe de 4 de mayo de 1971 se dice lo siguiente (en relación con la obra Visita a la señora Soler, de Manuel de Pedrolo):

Esta novela de Pedrolo, si por una parte literariamente considerada puede ser estimada como una gran novela, quizá de las mejores salidas de la mano del autor, por otra parte es de una inmoralidad de fondo, mucho más que de forma, tan enorme, que consideramos imposible su publicación.

Escrita en agosto de 1959 en Tàrrega (Lleida), Visita a la señora Soler entró en censura el 3 de mayo de 1971, presentada por Editorial Aymà. Como explica Pedrolo en una carta a Rafael Tasis, había querido exponer en ella “una anormalitat, en aquest cas una noia que duu un estrany complex eròtic” (“una anormalidad, en este caso, una chica que lleva un extraño complejo erótico”).


La censura se limitaba a responder a una serie de normas tales como moral sexual, religión, opinión política y lenguaje indecoroso. Toda expresión no bendecida por el régimen, así como ideologías tales como el izquierdismo, anarquismo o marxismo, constituían un riesgo.

De la misma forma, referencias al Ejército, al jefe del Estado o a los “fascistas”, llevaban aparejada la censura o tachadura. No obviemos las numerosas personas que fueron perseguidas por su condición sexual (la homosexualidad se convirtió en blanco o diana para el régimen). Curioso resulta el caso de Miguel de Molina, represaliado por su condición sexual y política, sufriendo tortura y exilio.

Por tanto, durante el régimen franquista, la literatura y otras artes como el cine se vieron afectadas, al igual que le ocurrió a la música. Fue el caso de nombres hoy de sobra conocidos por todos como Víctor Manuel o Joan Manuel Serrat respecto del proceso político de la transición española, pues ambos compusieron y cantaron determinadas estrofas que, o fueron censuradas por la dictadura de Franco, o bien fueron editadas fuera de España.

En este contexto, Luis Eduardo Aute compuso en 1966 “Rosas en el mar”, que refería:

Voy buscando la razón / de tanta falsedad. / La mentira es obsesión / y falsa la verdad. / Voy pidiendo libertad / y no quieren oír, / es una necesidad / para poder vivir. / La libertad, / la libertad / derecho de la humanidad; / es más fácil encontrar / rosas en el mar.

Durante el franquismo, letras como “El gavilán pollero” turbaron notablemente a los censores. No bastaba con que la polla a la que se refería la canción fuese, en realidad, una gallinita llorada por un campesino de Costa Rica. El pueblo llano, de natural vicioso y malpensado, no podía oír algo así por la radio. De esta y otras canciones que se perdieron, habla el periodista José Manuel Rodríguez Rodri en el libro-disco Una historia de la censura musical en la radio española, publicado por RTVE.

En un fragmento de la canción antes citada, leemos:

Se llevó mi polla el gavilán pollero, la pollita que yo más quiero. Que me sirvan otra copa, cantinero, sin mi polla yo me muero.

En definitiva, Franco practicó una fuerte represión contra los opositores a la dictadura, así como una economía de mercado autárquica y una política prohibitiva en materia lingüística (no se acepta el empleo de las lenguas vasca o catalana, las más resistentes a la uniformidad española).

España se vio inmersa en un aislamiento internacional que superará, en parte, gracias a la alianza con Estados Unidos en los años 50. Los años 60 y 70 dejan ver movilizaciones de oposición al régimen antes de la muerte del dictador, que allanará el camino hacia la democracia.

Fuente → letralia.com

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