Derecho a decidir sobre una república federal

Derecho a decidir sobre una república federal: La cosa está que arde. La irrupción de Vox en el panorama político español tiene a la gente bastante desconcertada.

Todavía no se lo toman del todo en serio, pero escuchando a Pablo Casado y viéndole mano a mano con Abascal, parece que el asunto va en serio. Andalucía será el lugar donde comience este triste y funesto capítulo.

Los españoles, por lo general, somos alarmistas cuando algo se puede resolver rápido, pero nos lo tomamos todo a cachondeo cuando la cosa se pone seria. Suele ser así. Y esta vez, no podía ser menos (aunque no nos vendría mal reaccionar).

La extrema derecha se nos aparece, como si fuera el fantasma de Franco. Como si le hubiéramos “despertado” por quererle cambiar de lugar y ahora nos azuza a sus lacayos.

Pero el personal se lo toma como si fuera una peli de las de después de comer. De esas que ves entre cabezada y cabezada mientras rezongas en el sofá. Lo oyes de fondo, sigues el hilo, y vas pensando a ratos: “qué fuerte”. Y te vuelves a dormir.

Pero resulta que no es una peli, que son las noticias (y a pesar de las trolas que en ellas nos suelen contar), la de la llegada de la extrema derecha va en serio. Y dicen en serio eso de que los inmigrantes a su tierra, las mujeres atadas a la pata de la cama, los hombres muy hombres a campar a sus anchas, España unida jamás será vencida y chorradas por el estilo. Lo dicen y lo más triste es ver que algunos se lo creen y les aplauden banderita en mano.

Un año de encrucijadas. Un año complicado porque la derecha extrema se siente empedrada. Un año en el que ya hemos comenzado escuchando barbaridades por todas partes

Y este año pinta duro. Porque económicamente los expertos dicen que nos agarremos, que vienen curvas: una nueva crisis económica nos va a dejar temblando.

En materia judicial, veremos la aberrante condena a personas inocentes que van ahora camino de pasar su segundo año en prisión y en el exilio (sin ser juzgados). Y comprobaremos cada día una nueva patada al ordenamiento jurídico, tal y como ya está sucediendo con las rocambolescas lecturas que hacen sobre la suspensión de diputados, sobre el tribunal competente para unos sí y para otros no… Mientras se decide que La Manada siga en libertad.

A nivel gubernamental, un Partido Socialista que cada vez que pone el ojo en algo, hace estallar una batalla campal para luego quedarse en agua de borrajas. Todavía no hemos podido comprobar ninguna de las fórmulas magistrales que llevan anunciando desde que llegaron al gobierno los de Sánchez. Mucho ruido y pocas nueces.

Apelar al diálogo, al referéndum pactado, a hacer política y dejar de judicializarlo todo. La lección la tiene el presidente bien aprendida. Pero desde luego que no ha cambiado absolutamente nada en lo que a la relación con la Generalitat se refiere. Ni siquiera el hecho de que el Govern deje el FLA por el FFF puede entenderse como una medida de diálogo, puesto que es una cuestión de derecho, que Catalunya ha ganado a pulso por hacer “los deberes” y por haber gestionado de manera positiva sus cuentas públicas.

Un año de encrucijadas. Un año complicado porque la derecha extrema se siente empedrada. Un año en el que ya hemos comenzado escuchando barbaridades por todas partes, desde Casado en Melilla haciendo un discurso grotesco y golpista, antidemocrático, insensible y brutal contra la inmigración, pasando por su más que probable apoyo a Vox en sus planteamientos machistas y contrarios a la decencia pendiente en memoria histórica. Y todo por conseguir el sillón de la junta de Andalucía.

O hacemos por unirnos en base a unas pautas claras, o mucho me temo que cada vez tendremos más complicado ver luz al final de este túnel en el que nos están metiendo

La inutilidad del PSOE por no saber leer el momento, por abandonar sus postulados básicos, por no haber apoyado los derechos fundamentales de la ciudadanía en ningún lugar. Ni a nivel social, ni a nivel de libertades, ni a nivel de nada. Sencillamente un partido que no tiene sentido, salvo el de hacer el paripé para que esto parezca una democracia. Pero a la hora de la verdad, se pone del lado de los represores, aplaude un 155, no pone pie en pared ante las brutalidades judiciales que se están cometiendo, no está siendo capaz de resolver ninguno de los conflictos graves que padecemos como sociedad y que se supone hallarían respuesta en el ideario socialdemócrata. Nada. El PSOE está absolutamente agotado y superado.

Y no es que Podemos esté a la altura, para qué vamos a decir otra cosa. Quizás sea lo menos malo que tengamos los españolitos. Pero esa sensación de jaula de grillos, de ideas claras, de mensajes contundentes los está diluyendo para ser, sencillamente, esa “izquierda radical” que hacía falta en la foto. Que ni son radicales, ni se atreven del todo con el tema de la izquierda.

En conclusión: o hacemos por unirnos en base a unas pautas claras, o mucho me temo que cada vez tendremos más complicado ver luz al final de este túnel en el que nos están metiendo.

Derechos sociales, reforma integral de la justicia, medios de comunicación garantes de información veraz y contrastada, plantar cara de una vez por todas a la desigualdad: tanto económica como de género. Un nuevo sistema de Estado que ponga fin a figuras antidemocráticas, esto es, a la monarquía que debe tocar su fin. Un sistema territorial que apueste por la autogestión de las regiones, y que ceda soberanía para aquello en lo que sea imprescindible una gestión coordinada. Una república federal. Y en este nuevo panorama, apostar por el derecho a decidir de todos los pueblos para que entre todos abordemos de manera madura y democrática si queremos contribuir a este nuevo proyecto o si, por el contrario, alguien apuesta por otras vías compatibles, donde el independentismo pueda también aportar sus propuestas.

Fuente → elnacional.cat

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