Lo que (de verdad) se juega en Andalucía y de lo que nadie habla

Lo que (de verdad) se juega en Andalucía y de lo que nadie habla: Elecciones anticipadas en Andalucía. Para algunos, una simple parada más antes de las municipales, autonómicas y europeas del próximo mayo; para otros, un aparente y mero trámite necesario para seguir renovando un poder que nunca han perdido.

La prensa habla y habla de Despeñaperros para arriba obviando cuestiones esenciales en estos comicios. Los mensajes se repiten, se encienda la Sexta o se lea El País: ¿aguantará el PSOE?, ¿cómo afectará el resultado a Sánchez, Casado y Rivera?, ¿entrará VOX en el Parlamento?, ¿influirá el asunto catalán en lo que pueda pasar?

Todas ellas no son más que cuestiones cortoplacistas que evidencian el desconocimiento (o tal vez sea algo hecho de manera interesada) de lo que, de verdad, está en juego este domingo, que es mucho más que unos simples bailes de escaños. Andalucía, como sucedió hace cuarenta años, puede cambiar —y muy a largo plazo— el futuro de todo el país.

En primer término, como muchos ya están empezando a percibir, el régimen político del 78 es un barco con agujeros por los que poco a poco ha ido entrando el agua. Si bien Cataluña, el nefasto papel de la corona y la crisis económica han tenido un papel fundamental en el inicio de esta descomposición, la pieza clave que estructura el sistema del 78 tiene un nombre: PSOE de Andalucía. Y esta pieza aún no está muy tocada.

Debemos tener en cuenta un dato: si el PSOE no gozara de una relativa buena salud en el sur, el “sorpasso” de Unidos Podemos se habría consumado hace ya tiempo. Por tanto, una bajada importante de Susana Díaz y una subida de Adelante Andalucía pueden provocar que uno de los pilares vertebradores del régimen se resquebraje.

En este sentido, sorprende la imagen que se está dando de la señora Díaz en esta campaña frente a la que se transmitió en las primarias socialistas que perdió contra Pedro Sánchez. Estamos asistiendo a un relato en el que prácticamente no se pone en cuestión la imagen de la todavía presidenta. ¿Quizás esto obedece a un interés, por parte de ciertos poderes, de mantener el statu quo en Andalucía debido a que solo así éste se puede mantener en el resto del país?

Tal vez la proyección a “bombo y platillo” que ciertos medios (situados muchas veces “a la izquierda”) han hecho de VOX como modo de aumentar el voto al PSOE por el “efecto miedo” tengo algo que ver con esto.

Pocos saben fuera de estas tierras el rol tan relevante que jugó Andalucía hace cuarenta años en la configuración del actual estado autonómico. Si no hubiera sido por las manifestaciones de los andaluces el 4 de diciembre, solo se habría otorgado la autonomía a tres regiones: Galicia, Cataluña y País Vasco.

Las demandas de aquel entonces siguen hoy latentes, por mucho que se intente distraer a la población con otros temas. Así pues, si se produce un resultado favorable para Adelante Andalucía, nuestra comunidad autónoma tendrá mucho que decir en la futura configuración plurinacional de España e incluso en el marco europeo, ya que el mensaje que se puede llegar a transmitir es que “no queremos seguir siendo la periferia de la periferia”.

Por otra parte, si Adelante Andalucía obtiene un resultado satisfactorio, no cabe duda de que muchos dentro de Podemos, IU y otros partidos pedirán que, en todo el estado, se implante un modelo de confluencia en la izquierda similar al que aquí se ha llevado a cabo.

Frente al agotamiento de Unidos Podemos y al cesarismo de su líder, el éxito de esta nueva confluencia puede llevar a remover el tablero de la izquierda alternativa en muchos territorios. De sus resultados dependerá, en suma, si se vuelve a generar parte del caudal de ilusión y del proceso de construcción de candidaturas populares que empezó hace ya más de cuatro años.

Aun con todo lo anterior, da la sensación de que, en esta campaña, la prensa hegemónica está obviando datos y asuntos que podrían provocar que el león dormido que —a mi juicio— es Andalucía se despierte y acabe por alterar el ya de por sí revuelto panorama político español.

De este modo, está pasando muy desapercibido el potencial que ha tenido y tiene IU en esta tierra. Por ejemplo, en las pasadas elecciones municipales, esta formación obtuvo en la provincia de Sevilla casi el mismo número de concejales que el PP.

Esta fuerza municipal es de un potencial enorme cuya manifestación en votos este domingo está por ver. De hecho, IU ya ha dado sorpresas otras veces, estando a punto de lograr la alcaldía de Málaga en los años 90 o de ganar en toda la provincia de Córdoba en las elecciones en las que Anguita fue candidato.

Igualmente, se está subestimando el potencial de los grupos andalucistas en la confluencia de Adelante Andalucía. En lugares como Cádiz, su poder municipal aún sigue siendo relevante (hasta un 7% de los votos en 2015). Aunque es cierto que no todo el Partido Andalucista era de izquierdas, será interesante analizar cómo se expresan sus votos en estos comicios.

Frente a la sobrecarga de temas nacionales en campaña, según el último CIS hasta un 56,4% de los andaluces decidirá su voto en función de temas netamente andaluces, mientras que ni un 25% lo hará en base a los temas generales de España. En este sentido, puede que la fuerza potencial del andalucismo en la confluencia de Adelante Andalucía haga que nos llevemos algunas sorpresas.

Finalmente, aunque Andalucía parece estar durmiendo, hay hechos que demuestran que este sueño es, cuanto menos, ligero. Las protestas frente al desmantelamiento de hospitales y la falta de infraestructuras ferroviarias en Granada, las luchas de las “escuelas de calor”, la ola feminista, las numerosas manifestaciones contra a los recortes en Sanidad, las protestas de los trabajadores de Canal Sur, el desamparo en el que la Junta ha dejado a los pueblos afectados por las inundaciones de este otoño o el que se produjera una de las congregaciones más numerosas el 4 de diciembre del año pasado hacen pensar que es posible que algo se esté moviendo, aunque no lo parezca.

Quizás todos estos párrafos constituyan más bien reflexiones y presagios personales de un utópico que un análisis con rigor politológico. Lo veremos en unas horas.

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Fuente →  lavozdelsur.es

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