Clapton CFC, un homenaje a los Brigadistas Republicanos

Clapton CFC, un homenaje a los Brigadistas Republicanos: Por: Emilio Roldán. Londres, como capital mundial del balompié, es una ciudad en donde las comunidades se vuelcan profundamente con los innumerables equipos que se asientan en sus barrios. Un buen ejemplo de ello es el caso del Clapton FC, un club semiprofesional con 140 años de historia y tradición obrerista que se dividió el año pasado debido a la intención de su directiva de especular con los terrenos del club. Así es como nace el actual Clapton CFC, heredero de los valores tradicionales del Clapton, y que actualmente milita en la novena división del fútbol inglés. Su sede está situada en el distrito de Newham, una zona de aluvión del este londinense en donde conviven un alto número de etnias variadas.

Los aficionados de este club, alejados del apoyo masivo que reciben sus clubes vecinos (West Ham United y Milwall), muestran desdén hacia la artificiosidad del fútbol moderno, defienden en los partidos de su equipo la multiculturalidad de su barrio y se oponen a la discriminación social que los grandes clubes de la Premier incentivan, mediante, por ejemplo, su abusiva política de precios en las entradas, alejando este deporte de las capas más desfavorecidas.


Además, mediante actos simbólicos abanderan causas políticas concretas, tanto propias como externas, ya que para sus aficionados apoyar a un equipo de fútbol es mucho más que ir a su estadio a ver los encuentros. Los aficionados del Clapton CFC creen que el fútbol es un medio para despertar la conciencia social y participar en las luchas obreras que conviven en su espacio de influencia, adquiriendo así un nivel de arraigo altísimo con su club. Por ejemplo, desde la temporada pasada, la peña que aglutina a la mayor parte de sus socios, realiza recolectas para invitar a refugiados, desempleados y familias sin recursos a los partidos de su equipo. También llevan a cabo campañas en apoyo al banco de alimentos local, en contra de la especulación con las viviendas de su barrio e incluso, en 2015, ayudaron a salvar un espacio LGTBI situado a escasos metros de The Old Spotted Dog Ground, su tradicional y austero estadio (el más antiguo de toda la ciudad), causa de la disputa con la directiva del Clapton que decidió especular con sus terrenos.

Actualmente, y a la espera de poder regresar a la que siempre fue su casa, juegan en el Wadam Lodge Stadium, donde se pueden ver banderas arcoíris y de Acción Antifascita junto con pancartas con lemas tales como “No one is illegal” (“Nadie es ilegal”), “Clapton FC, Alerta Antifascista” y “The referee´s a Tory” (“El árbitro es derechista”) .


Un caso ciertamente exitoso con el que han conseguido ser reconocidos también en nuestro país es el de haber confeccionado una camiseta de visitante para esta temporada de color rojo, con rayas amarillas y moradas, y que lleva en la parte trasera del cuello el mítico lema “No pasarán”. En ella, como conmemoración a la lucha republicana tras ochenta años desde el final de la Guerra Civil española, reivindican a sus compatriotas brigadistas que acudieron a luchar contra el fascismo bajo la bandera de la estrella de tres puntas. Se calcula que unos 2500 británicos, siendo en su mayoría militantes de las organizaciones que se agruparon bajo la Comintern, batallaron entre 1936 y 1939 en tierras españolas, proviniendo de muy variados puntos de Reino Unido, aunque en especial de las zonas de alta concentración industrial, como Birmingham, Glasgow y el área metropolitana de Londres. Siendo conocedores de esto, la directiva del club, que es elegida democráticamente por sus socios, decidió diseñar una camiseta como forma de homenaje a todos los antifascistas que lucharon como voluntarios en España, con el objetivo de mostrar que el deporte no es antónimo al compromiso, sino una acertada manera de elevarlo, generando lazos de unión de una forma sencilla a través de un espectáculo de masas como es el fútbol.


Con esta reivindicación y otras iniciativas, además de haber sumado a un gran número de seguidores foráneos a su causa, han mostrado que un club de fútbol puede ser mucho más que un divertimento pasivo. Los aficionados del humilde Clapton CFC, conjunto que se ha convertido hace escasos meses en una entidad de accionariado popular, han conseguido a través del deporte que la pasión que sienten por su equipo fecunde en compromiso social, defensa de valores y reivindicación activa de la solidaridad internacionalista entre los pueblos.

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