Aunque parezcan decisiones poco importantes si lo miras con objetividad tienen mucho calado, porque no se puede permitir que un estado tolere, y en ciertos casos subvencione, fundaciones fascistas que ensalzan la figura del dictador Franco, de sus consecuencias o de ciertos personajes que colaboraron con él dictador “repartiendo” justicia. Es un imperativo que el Estado ilegalice estos cantos de sirena del dictador.
Cierto que con esta idea con que se quiere aplicar la ley de Memoria Histórica los socialistas se van a encontrar con múltiples dificultades porque los componentes de estas fundaciones son pocos, pero poderosos y especialistas es violencia callejera. Funcionan como grupos de presión que ponen denuncias, logran batallas judiciales y tienen una importante presencia en redes y medios de comunicación. Resulta incomprensible que en una democracia moderna estas agrupaciones no estén ilegalizadas y que se mantengan con subvenciones que pagamos todos a grupos que defienden y difunden ideas y programas de organizaciones que enaltecen y tratan de convertir “en referente moral la figura de personas que hayan cometido violaciones de derechos humanos”.
De todas estas asociaciones la más emblemática, ideológica y fascista es la Fundación Francisco Franco (FNFF), que pide constantemente que se incumpla la Ley de Memoria Histórica, glorifica el golpe de Estado, la dictadura y homenajea a representantes públicos que no hacen cambios en callejeros. “Franco no fusilaba gente”, el golpe de Estado fue una forma de “rebelarse contra esa tiranía [la República] que se iba a imponer” o “Franco era la antítesis de Hitler”, son algunas de sus ideas, que difunde en televisión, en Twitter o a través de comunicados. La FNFF sigue funcionando sin problemas legales y gestiona, por ejemplo, parte del patrimonio expoliado por Franco, como el Pazo de Meirás. Tiene además en su poder documentos secretos, pese a ser un organismo privado. Durante el Gobierno de Aznar recibió más de 150.000 euros en subvenciones para microfilmar documentos. Estos días con motivo de la celebración por su parte del 82 aniversario del Golpe de Estado y los tambores de guerra referidos a la exhumación de la momia de Franco reclama un nuevo “alzamiento” para que “uno de los grandes alzamientos en España se vuelva a respetar, valorar y restaurar” y advierte a la Iglesia que “deben su existencia” al dictador.
Para defender y divulgar los ideales fascistas de la falange hay que contar con la Fundación José Antonio Primo de Rivera. Juzgado por rebelión y condenado a muerte, fue fusilado el 20 de noviembre de 1936 y sus restos reposan junto a Franco en el Valle de los Caídos. Ya en 1932 fue sospechoso de colaborar en la intentona golpista encabezada por José Sanjurjo. El líder del fascismo español e hijo del dictador Miguel Primo de Rivera (1923-1930) proponía un Frente Nacional ultraderechista “ante el peligro marxista que se cernía sobre España”.
‘El carnicero de Badajoz’, también tiene su Fundación. Bajo el definitorio apodo está el militar africanista responsable de la masacre ejecutada por los golpistas en la ciudad extremeña. Juan Yagüe fue uno de los principales muñidores del estallido golpista del 36 y dos años antes uno de los artífices de la represión contra la Revolución de Asturias. La fundación tiene como nombre oficial a María Eugenia Yagüe, hija del militar, y sede en un pueblo que mantiene su apellido: San Leonardo de Yagüe.
La matanza fundacional del franquismo tiene en Gonzalo Queipo de Llano a uno de sus máximos exponentes. El autodenominado ‘virrey’ de Andalucía animó en sus discursos radiofónicos a la eliminación sistemática del adversario político y social y a la violación de mujeres. Un “criminal de guerra”, según historiadores, que con su Fundación Pro-Infancia Queipo de Llano, dice que se dedica a proteger a la “infancia desvalida”. ¡Qué despropósito!
Tampoco podemos olvidarnos del líder histórico de la extrema derecha española, Blas Piñar, fundador de Fuerza Nueva y defensor a ultranza de los principios del Movimiento que definían el golpe de Estado de 1936 y la dictadura franquista. Tuvo cargos políticos en época de Franco, al que defendió en público hasta su muerte, y fue diputado en democracia.
No nos olvidamos tampoco de la Fundación del cuñado de Franco, Serrano Súñer, ni de la del fascista Ramiro Ledesma Ramos, dedicada al estudio, desarrollo y extensión de la figura histórica y política del franco, además de su entorno histórico y socio-cultural. El grupo neonazi Hogar Social Madrid lo homenajea con su nombre.
Fuente → elliberalescandalizado.wordpress.com
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