La exposición No pasarán, una exhibición en la plaza Mayor de Madrid con documentos gráficos inéditos de la resistencia de la capital contra el golpismo franquista, ha recibido 46.419 visitantes desde el día de apertura al público, el pasado 4 de abril, hasta su cierre, este 1 de julio. Txema Urkijo, responsable de Memoria, de la Oficina de Derechos Humanos y Memoria del Ayuntamiento, organizador de la muestra, lo considera un absoluto éxito.
A pesar de estar ubicada en un espacio pequeño (la sala de Bóvedas de la Casa de la Panadería, en la que no caben más de 75 personas a la vez), Urkijo atribuye la gran afluencia “a lo novedoso de la exposición, a que ha funcionado el boca a boca y, a pesar del hándicap de la estancia, a la ubicación en un centro turístico tan importante como la plaza Mayor”. Además, la entrada era gratuita. También asume Urkijo, no obstante, las críticas recibidas a una muestra que ha tenido cierta polémica por la temática. “Las criticas son buenas, nos sirven para mejorar”, dice.
Dada la imposibilidad de prorrogar la exposición —la sala ya estaba comprometida— y la enorme dificultad de trasladarla —“tiene un diseño muy específico para el espacio”—, se reaprovecharán algunos de los materiales, que pasarán al depósito del Museo de Historia de la Ciudad, donde hay un proyecto para crear el espacio del siglo XX. Por ejemplo, se podrán recuperar la escultura de joven miliciano —El Madriles—, obra de Josep Viladomat, o los carteles originales de la época, entre ellos los 10 donados por el Ayuntamiento de Barcelona.
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