El testimonio del primer juicio por robo de bebés durante el franquismo
“Todavía hay mucho miedo a investigar”
Inés Madrigal fue entregada por el ginecólogo Eduardo Vela a sus padres adoptivos en 1969. Vela (85 años), protegido de la Iglesia y el franquismo, enfrenta 11 años de prisión. Se calcula que los niños robados son 300 mil.

España está viviendo jornadas históricas en términos de memoria, verdad y justicia respecto a lo sucedido durante la dictadura franquista ya que comenzó el primer juicio por robo de niños de su historia. Aunque se estima que existen 4000 casos de niños secuestrados al nacer, sólo en base a las denuncias, es la primera vez que una de las víctimas consigue sentar en el banquillo a uno de los acusados. Se trata del caso de Inés Madrigal, que fue entregada por el ginecólogo Eduardo Vela a sus padres adoptivos en la Clínica San Ramón de Madrid en el año 1969. Vela hoy tiene 85 años y se enfrenta a  11 años de prisión. Para que Vela pudiera ser acusado Inés Madrigal se vio obligada a denunciar a su propia madre y aquí nos cuenta los pormenores de esta historia que relata tan personal como colectiva. 
El 6 de junio de 1969, el ginecólogo Eduardo Vela regaló, o vendió, una recién nacida a Inés Pérez a pedido de un sacerdote jesuita que quería agradecer así a la mujer su buen comportamiento con los niños abandonados en un convento de Los Molinos. La residencia de Los Molinos estaba conectada con la clínica del doctor Vela a través del Patronato de Protección de la Mujer, organismo creado por Carmen Polo, esposa del general Franco. Tanto Vela como sor María Gómez Valbuena, hoy ya muerta, son dos de los nombres más sonados en relación a este tema. La trama del robo de niños vinculada a organismos eclesiásticos es una historia más que probada por cientos de testimonios a lo largo y a lo ancho de la geografía española.
–¿Cuándo empezaste a sospechar de tus orígenes?
–Fue en el año 2010 a partir de un artículo que leí en El País adonde Antonio Barroso y Juan Luis Moreno relataban cómo una monja los vendió y sus padres los compraron a plazos e iban todos los años a entregar dinero a la monja. Ahí hablan de la Clínica San Ramón y yo sabía de siempre que había nacido en esa clínica. Me comunique con Antonio, le mandé la documentación sobre mi nacimiento y vimos que estaba absolutamente todo falsificado. Incluso hay papeles firmados por Vela que ponen que él asistió al parto de mi madre, una mujer estéril.

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