Día de revolución (julio de 1936)

Es una mañana cualquiera de finales de julio de 1936. Carmen ha dejado a sus niños en la escuela colectivizada de Altos de la Humosa, en Madrid, y se dirige a comprar el pan en la panadería recién inaugurada por la colectividad. En su colectividad de Guadix, en Granada, Juan cultiva patatas, mientras que Sara coge un libro de la biblioteca colectiva de Fraga, en Huesca, y Rocío guarda algo de dinero en la Caja de Ahorros de la colectividad de Valls, en Tarragona.

Poco después, Tamara sirve el almuerzo a los niños del colectivizado hotel Palace de Madrid, reconvertido en orfanato, justo cuando Xavi pone ladrillos en uno de los edificios que está levantando la industria colectivizada de la construcción de Terrassa, en Barcelona. Manuel, mientras muerde una naranja cosechada en la totalmente colectivizada Albufera, repasa mentalmente la clase que va a dar hoy en la Universidad de Moncada, en Valencia, fundada por la colectividad.

En ese momento, Luisa compra un martillo en la ferretería colectivizada de Quero (Toledo), Álvaro descarga la pesca del día, sardinas colectivizadas, en el puerto colectivizado de Villajoyosa (Alicante) y Lucía ajusta unas gafas producidas por la industria óptica colectivizada en Granollers (Barcelona). Ya por la tarde, Mercedes da las últimas puntadas de su jornada en su empresa textil colectivizada de Alcoy (Alicante) y Francisco, por su parte, coge el tranvía colectivizado para volver a casa satisfecho por la nueva remesa de fusiles que hoy ha salido hacia el frente desde su fábrica de armas colectivizada de Barcelona. Son algunos de los cerca de dos millones de colectivistas, protagonistas de la Revolución Española. Han aplastado el golpe militar en media España y han tomado las riendas de sus vidas.

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