Abundio Andaluz Garrido, Vicepresidente de la Diputación de Soria, REPUBLICANO, asesinado por falangistas en 1936

Abundio Andaluz Garrido nació el 29 de febrero de 1888 en Vinuesa, donde su padre era sacristán y organista. La familia se trasladó a Almazán en 1892 donde el padre trabajó como alguacil del juzgado, de sacristán y organista. Con él iniciaría Abundio su aprendizaje musical, que perfeccionaría en Madrid, a la vez que cursaba sus estudios de Derecho. En Almazán ejerció de Procurador de los Tribunales, dirigió la Banda de Música y fue pianista del Casino. En 1920 consta su pertenencia, junto con su hermano menor, Jesús, a la Junta Directiva del Partido Republicano de Almazán.

En septiembre de 1920 se trasladó al Burgo de Osma,donde continuó su trabajo de Procurador de los Tribunales, dirigió el Orfeón Burgense y fue delegado del Ayuntamiento en la Banda municipal. A partir de 1931 formó parte de los sucesivos Ayuntamientos como Concejal por el Partido Republicano Socialista Radical. Formó parte de la Diputación de Soria en 3 de las 4 comisiones gestoras como diputado por el Distrito del Burgo de Osma desde 1931 y en febrero de 1936 fue elegido Vicepresidente de la Diputación, cargo que desempeñaba en la fecha de su asesinato, en agosto de 1936.

En el plano musical, desplegó una intensa actividad en eventos religiosos, fiestas populares, procesiones de semana santa, corridas de toros, bailes, verbenas, obras de teatro, tanto al piano y al órgano, como a las batutas de la banda de Almazán y del Orfeón Burgense, al que dirigió en la serenata ofrecida el 20 de junio de 1925 al nuevo Obispo de Osma, por la que fue muy loado y felicitado. Se casó en 1916 con Petra Ezequiel Vega y tuvieron 6 hijos: Gloria, Abundio, Ángel, M. Carmen, M. Pilar y José Luis. Era un hombre muy culto y preparado, tenía un hondo sentido de la justicia, una persona de una bondad excepcional. Tanto en sus cargos políticos y profesionales, como en su vida privada defendió y luchó siempre por las personas más desfavorecidas, especialmente por la infancia.

Tras el golpe de Estado del 18 de julio, toda la provincia cayó rápidamente en manos de los militares sublevados. No hubo combates ni víctimas entre los derechistas. Aún así, los rebeldes asesinaron en unos meses a cerca de 600 personas de la órbita republicana soriana: maestros, cargos públicos, sindicalistas o militantes de partidos democráticos. Abundio tenía enemigos entre caciques y poderosos, por su militancia política, su trabajo y su manera de ser franca, clara y honrada. Así que en cuanto pudieron, fueron derechos a por él, un hombre culto, preparado, un humanista, una figura que hubiera sido muy valiosa para construir un país mejor y que murió defendiendo lo que las urnas habían elegido.

El 18 de agosto le tocó el turno. Un grupo de falangistas acompañados por un sacerdote arrastró a Abundio hasta un lugar llamado La cuesta del temeroso y le fusiló. El cura que iba en la comitiva podía haberlo evitado y no lo hizo. El azar y la chapucería de sus verdugos le provocaron una lenta agonía, quedó mal herido y antes de morir se arrastró más de un kilómetro en dirección sureste. Lo encontró en el término de Calatañazor un pastor debido al olor que desprendía, Abundio había sido devorado, en parte, por los animales. Con la autorización del alcalde de Calatañazor, fue enterrado en el mismo lugar donde se le encontró. Una gran cruz de piedras marca el lugar donde fue enterrado. Las piedras además de dignificar su enterramiento fueron colocadas para evitar que las alimañas desenterraran el cuerpo, ya que se encuentra a poca profundidad debido a la dureza del terreno.

Las labores de búsqueda en Septiembre de 2017 llevadas a cabo por La Asociación soriana Recuerdo y Dignidad (AsRD), bajo la dirección de la Fundación Aranzadi han concluido en la exhumación y recuperación de los restos de Abundio Andaluz así como los de los maestros fusilados en Cobertelada. La jornada terminó con el enterramiento de una bandera republicana en el lugar donde yació Andaluz. El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción nº 1 de Soria ha sobreseído la causa interpuesta por la desaparición forzada del Vicepresidente de la Diputación Abundio Andaluz.

Ana Andaluz Caballero, nieta de Abundio, reclama que para que este país se considere una verdadera democracia, el Estado debe dar digno reposo a todos los “desaparecidos”, condenar y pedir perdón por el golpe de estado que dio lugar a la Guerra Civil y la dictadura franquista, anular los consejos de guerra, dar digna memoria a todos los represaliados, y que en los libros de historia se cuente la verdad de lo ocurrido: que asesinaron a lo mejor que tenía este país, a quienes estaban luchando por una España más solidaria, más justa y democrática condenándolo así para el futuro.

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