Los símbolos franquistas y la falta de memoria histórica


Los símbolos franquistas y la falta de memoria históricaA veces leo con admiración y envidia noticias procedentes de Alemania, Francia e incluso otros países en los que sancionan muy duramente el ensalzamiento nazi y fascista e incluso eliminan contundentemente todos los símbolos que los representen. Tienen claro que experiencias tan duras deben ser eliminadas del aspecto estético de ciudades y pueblos, ya se encargan los historiadores de contar el horror que supusieron.

Pues bien, aquí aún estamos luchando para que algo tan claro y simple como eliminar elementos franquistas sea una realidad. De hecho en estos momentos se está elaborando en Aragón una Ley de Memoria Histórica en la que se contemplará la obligación de hacer desaparecer estos símbolos bajo sanción. Los municipios que no lo hagan incurrirán en su incumplimiento y no recibirán las aportaciones económicas habituales del Gobierno de Aragón y, mientras esto ocurre, en Caspe, se da una situación rocambolesca y un tanto surrealista. El pleno del Ayuntamiento acordó en 2015 retirar las placas existente en el muro de la Iglesia Sta. María La Mayor de Caspe que hacen referencia a caídos del bando franquista y que están acompañadas del escudo preconstitucional, pero… no, no va a ser posible, al menos de momento. Descendientes de algunos de ellos pusieron denuncia para evitarlo y el resultado ha sido que el juez ha fallado a su favor. Increíble, pero cierto. Olvida el juez que vivimos en un pueblo, que todos nos conocemos, que los vecinos saben perfectamente a quien pertenecen esos nombres y que, desde luego, no hay allí ni un solo nombre que corresponda al bando republicano. Esta circunstancia, que al juez parece que se le escapa, es una afrenta continua para las personas que dejaron en las trincheras, en las cárceles, en los muros de cementerios, en cunetas, etc., a sus padres, hijos, hermanos y abuelos; que no han conseguido nunca rehabilitar sus memorias ni tan siquiera saber dónde y cuándo los hicieron desaparecer. NO, NO ES JUSTO.

No se han cerrado heridas, ni ha desaparecido la ansiedad de ignorar el paradero de sus restos. Lo justo sería que esos nombres desaparecieran de ese lugar, que sus familiares los conserven, si así lo desean, pero que no nos obliguen a todos a contemplarlos y a recordar continuamente que en esta democracia se continúa ensalzando a los vencedores del bando Franquista-Fascista e ignorando a todos los que entregaron su vida por la República y por la Constitución, entonces legal y vigente...