Para el Magistrado Antonio Salas parece claro que la educación no es un valor a tener en cuenta para evitar o combatir, en lo posible, los criminales casos de violencia de género. Tiene mucho más claro que la “maldad” y la “desigualdad de fuerza” son factores más sólidos. Al menos eso se desprende de los mensajes que lleva escribiendo desde hace días en la red social Tweeter, donde, además, asegura que el maltrato a los hombres no vislumbra porque “el hombre no denuncia”. Hoy sigue reafirmándose en una declaración pública.
El primero de los mensajes fue publicado el 1 de enero y en él, el juez comentaba la noticia del asesinato de índole machista que acabó con la vida de una mujer en Rivas (Madrid), afirmando que “este es un problema gravísimo en nuestra sociedad que, desgraciadamente, es muy difícil de solucionar”. “Es una manifestación más de la maldad”, aseguraba.
Ante las respuestas recibidas, el juez siguió alimentando la polémica con argumentos como que la violencia de género es “la dificultad de la convivencia, la maldad de muchos seres humanos y la diferencia de fuerza física entre hombres y mujeres”.
“Si la mujer tuviera la misma fuerza física que el hombre no pasaría esto”, asegura el magistrado
A lo largo de estos dos días, periodistas, fiscales, abogados, catedráticos, y hasta la Asociación de Mujeres Jueces han participado en el debate a través de Tweeter. Entre sus respuestas a todos ellos, el magistrado reafirma su tesis de que “la desigualdad es de fuerza física y ésa no tiene solución”, igual que no la tiene “la maldad”. “Yo entiendo, refiere en otro mensaje, que no se puede generalizar sobre las causas. Si la mujer tuviera la misma fuerza física que el hombre no pasaría esto”, antes de cuestionarse que la mujer fuese maltratada si gozase de mayor fortaleza que el hombre.
De hecho, y como señala en otro mensaje, descarta que el origen del maltrato esté en la educación. “O sea que se pega y se mata por un problema educacional, no porque se sea intrínsecamente malo. No lo creo así. ¿Es que los maltratadores no tuvieron la misma educación que los que no lo somos?”, dice en otros dos de sus mensajes.
El asunto se ha caldeado en la red social y, prácticamente todos quienes criticaron las explicaciones de este juez del Tribunal Supremo, denunciaron su “ausencia de formación en género”.
En este tema, se reafirma de forma contundente: “Yo tuve formación en respeto a las personas”. Y prosigue: “Y para saber que esto existe y que hay que erradicarlo, ¿hacen falta cursos de formación? Desde luego para jueces y fiscales creo que no”.
El Consejo General del Poder Judicial, el máximo órgano judicial que se encarga de controlar las actuaciones y el comportamiento extrajudicial de los jueces, aún no se ha pronunciado al respecto.
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