"PRIMERA PÁGINA": MEMORIAS DEL RÉGIMEN
"PRIMERA PÁGINA": MEMORIAS DEL RÉGIMEN:



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Con motivo de la publicación de Primera página, memorias de Juan Luis Cebrián, primer director del diario El País y actual presidente ejectivo de Prisa, y de las entrevistas que con ese motivo le realizaron respectivamente en La Sexta y Onda Cero los periodistas Jordi Èvole y Carlos Alsina. Artículo publicado en el número de enero de 2017 de la revista Atlántica XXII.
Félix Población


Desconozco los efectos propagandísticos que tendrán sobre sus memorias las dos entrevistas realizadas a Juan Luis Cebrián en La Sexta y Onda Cero, pero estoy convencido de que si el presidente ejecutivo de Prisa pasó por ese trance fue porque la incomodidad del envite traía consigo una publicidad muy necesaria para su “Primera página, título del libro. Se puso así primero a disposición de Jordi Évole, en el plató del canal al que prohibió acceder a algunos redactores de El País a raíz del escándalo de los Papeles de Panamá, y pasó después por el estudio de Carlos Alsina en Onda Cero.



Con Évole mantuvo Cebrián bastante bien el pulso mientras respondía a las cuestiones más espinosas, que no fueron muchas porque el periodista catalán fue esta vez menos cojonero de lo habitual, algo que defraudó a quienes lo valoramos como un profesional encomiable. Me sorprendió de esta interviú que Cebrián no fuera consciente de un requisito tan fundamental para hablar ante un micrófono como es dejar la boca libre y no proclive al manoseo, según hizo con frecuencia. Se podría entender como un cierto asomo de inseguridad, sorprendente en uno de los profesionales más potentados del último medio siglo.


La entrevista me pareció decepcionante por lo que Évole dejó de preguntar (23-F, conspiranoia del 11-M, defenestración de algunos cualificados colaboradores de la SER a raíz del escándalo de los Papeles de Panamá), y también por lo que dejó de repreguntar, mucho menos de lo que a menudo hace. Consciente de esas lagunas, Carlos Alsina superó en incisivo al periodista de La Sexta cuando Cebrián estuvo al día siguiente en el estudio de Onda Cero, hasta el punto de llevar a su entrevistado al enojo ante algunas  cuestiones relativas a su patrimonio o a las acciones que le regalaron en una determinada empresa petrolífera, consideradas por el exalumno pilarista asuntos tan personales como la cifra de sus masturbaciones.


En línea con esa crispación, cuenta algún colega de los que estaban en el estudio que don Juan Luis mantuvo esa misma actitud al irse de la emisora, insinuando la posibilidad de que sus medios publiquen el patrimonio de la familia Lara y Mauricio Casals, a modo de réplica a las informaciones que sobre el suyo difundió La Sexta. El tono de amenaza empleado podría llevar consigo algún tipo de próxima exclusiva al respecto, siguiendo los axiomas parvularios del “y tú más”, propios la infecta politiquería bipartidista.


Lo cierto es que, al término de esa campaña mediática llevada a cabo por la editorial con las memorias de quien fue el primer director del periódico que marcó una época de España y contribuyó al asentamiento del régimen vigente, muchos de los que nos ilusionamos en su día con el nacimiento de El País y fuimos durante años lectores más o menos críticos porque no había otra alternativa mejor, estimamos que los titulares de estas dos entrevistas con Cebrián en guardia y enojado ante cualquier indiscreción que sondeara  el monto de su hacienda, dejaron  bastante de lado el contenido del libro. A la opinión pública, tras esas dos largas conversaciones con dos de nuestros más reputados periodistas, lo que trascendió fue el enfado del entrevistado al negarse a aclarar sus cuentas, parejas en secreto a sus cómputos onanistas.


Se podría tener la sensación de que quien fue el más poderoso periodista del reino, únicamente ha sido capaz de despertar con sus primeras memorias (hasta 1988) un cierto interés en la opinión pública por la decencia o indecencia con que ha podido amasar su patrimonio. ¿No es muy significativo que se haya reducido también a esto la salida a la luz de esta “Primera página”, firmada por quien ha tenido un privilegiado puesto de observador y vigía de la política española a partir de la restauración monárquica de 1975? ¿Hasta qué punto es esto indicativo del declive del periodismo que el diario de Cebrián representa, así como del propio régimen avejentado y corrompido cuya defensa suscriben últimamente con sumo celo los editócratas de Prisa?

                                   DdA, XIV/3438