Ni olvido ni perdón: Roberto y Manuel, dos vecinos de Curtis hoy
octogenarios tras trabajar para la ONU en el desarrollo de los pobres,
están sumados a la querella desde Argentina por el fusilamiento de su
padre y la persecución a su madre.
"La única máquina de escribir que había en
Curtis estaba en su casa. En ella se escribían los partes de la Guardia
Civil y los escritos de Foucellas", cuenta el
periodista Antón Ferreiro. En esa máquina estaban las dos Españas. Y en
esa casa donde se refugió tantas veces el legendario guerrillero Benigno Andrade, vivía la familia de Isabel Ríos Lazcano, encarcelada y perseguida muchos años tras serle conmutada la pena de muerte mientras que su marido, el doctor Manuel Calvelo López,
fue fusilado en 1936. Hace un mes, el pasado 31 de diciembre, se
cumplieron 80 años de la "hemorragia interna" que según el certificado
oficial de defunción le causaron al doctor Calvelo. Y ese día apareció
en un periódico un anuncio pequeñito en el que los hermanos Roberto y
Manuel decían que querían "compartir la memoria" de su padre asesinado
"en un espurio consejo de guerra" porque "los culpables aún no han sido
juzgados y condenados"...
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