La Iglesia Católica: la Inquisición del franquismo: En el inicio de la década de los 30, la iglesia católica seguía siendo un poder latifundista y financiero muy importante en España. Contaba con un ejército de casi 90.000 personas dedicadas al culto religioso y con locales en todas las ciudades, pueblos y aldeas. Era pues un poder terrenal potente, contrario a la modernidad, la industrialización (y al asociacionismo obrero) y sus posiciones pesaban en la marcha del país. La Iglesia no solo no era ajena a la política (como se esfuerza en repetir) sino que había financiado tanto Acción Católica (su fundador E. Vargas, estuvo implicado en varios atentados fallidos contra las Cortes y Azaña) como el partido Acción Popular, liderado por Gil Robles que conspiraba ante la Italia de Mussolini buscando apoyo en armamento y dinero para derrocar la República proclamada el 14 de abril de 1931.
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