Juan Eslava Galán otro que tal baila

 Juan Eslava Galán otro que tal baila

 “Tenemos que tener más que superado si nuestros abuelos eran de derechas o de izquierdas”

Tengo en mi biblioteca personal un libro de Eslava Galán (Una historia de la Guerra Civil que no le va a gustar a nadie) pendiente de leerme. Otro, como De la alpargata al 600 me dejó un mal sabor de boca, por eso se me hace tan cuesta arriba perder el tiempo leyendo nada que venga de la pluma del que solo piensa en vender libros.

Juan Elava Galán sabe escribir, pero de historia, lo que se dice de historia sabe muy poco- en la opinión de un iletrado neófito-. A amigos míos les gusta mucho sus novelas, cuando les dije que sus libros sobre la historia de la Guerra Civil son unos esperpentos, pusieron cara de extrañeza. Una cosa es escribir bien y otra cosa muy distinta es escribir correctamente y con la rigurosidad del historiador.

Juan Eslava Galán es otro de esos equidistantes tipo Santos Juliá que desde la izquierda -ya a cualquier cosa llamamos izquierda- critica la Ley de la Memoria Histórica; ve mucha política detrás de ella.

Entrevista en eldiario.es:

Hablando de Historia de España, ¿cuál es su visión sobre la Memoria Histórica?

Me parece completamente lógico que el que tiene al abuelo o al bisabuelo enterrado como si fuera un perro en una cuneta, le busquen y rescaten esos restos para que le puedan llevar a un cementerio, como dios manda. A partir de ahí, me parece que hay una serie de políticos descerebrados que intentan hacer política de las astillas de un árbol que ya cayó hace ya casi ochenta años, que es el de la Guerra Civil. Se tiran los muertos a la cabeza unos a otros como si los que vivimos fuéramos ahora responsables de lo que hicieron nuestros abuelos. Es absurdo. La Memoria Histórica me parece una pérdida de todo, con la salvedad de que se hagan las excavaciones y se saquen los cadáveres. Solo me centraría en esto. Por lo demás, los españoles creo que tenemos que tener más que superado si nuestros abuelos eran de derechas o de izquierdas.
 
Juan Eslava Galán coincide con la derecha en lo esencial: sacar a los muertos de las fosas comunes, el resto les parece una pérdida de tiempo. Todas las personas son respetables, por supuesto, pero no podemos tratar igual sus opiniones, y la opinión del sr. Eslava Galán, nos parece un insulto. El insulto de la cómoda equidistancia y del que ha leído pocos libros de Francisco Espinosa o de Francisco Moreno Gómez.

La Ley de la Memoria Histórica ha sido el primer intento, un intento loable pero insuficiente, de tratar la Guerra Civil y la dictadura franquista con la justicia que no se quiso o no se pudo tratar durante la Transición. Si el sr. Eslava Galán no entiende que quitarle honores a los totalitarios golpistas es una necesidad democrática así pasen cien años, es que a lo mejor le parece bien que en Euskadi le pongan una calle a Iñaki de Juan Chaos -cuando esté ya todo superado-. Pues no, tan abominable es que un asesino etarra tenga honores en su patria como los tenga Mola. Yagüe y toda la camada de fascistas asesinos que contribuyeron para que España padeciera un gobierno totalitario durante 40 años.

Es obvio que los nietos e hijos no tenemos la culpa de la guerra de nuestros abuelos, ¿qué tiene que ver eso con la Ley 52/2007?¿Que tiene que ver que mi abuelo fuera un facha o un rojo para que dejemos de vivir en la calle del generalísimo?

El padre de Francisco Espinosa Maestre, por poner tan solo un ejemplo, fue un conocido falangista de Villafranca de los Barros del bando franquista, pero eso no fue  impedimento para que escribiera el libro Masacre. La represión franquista en Villafranca de los Barros. Es natural que los nietos e hijos quieran dejar las fosas comunes vacías de una puñetera vez, y es natural que la democracia española trate de una vez por todas como es debido el franquismo y sus consecuencias.

Al sr. Eslava Galán, como no debemos de tirarnos los muertos a la cabeza, le parecerá normal que una Fundación en honor al dictador Francisco Franco premie a varios políticos del PP por incumplir con esa ley, que según el escritor, es una pérdida de tiempo.

Fuente:  eldiario.es