La República de las mujeres, vota contra Pichi: Clara Victoria - La República Cultural.es


La República de las mujeres, vota contra Pichi: Clara Victoria - La República Cultural.es: Julio Castro – laRepúblicaCultural.es ...se cumplían 85 años de la aprobación de la Constitución Española en la II República, y se cumplía también con algo más: la aprobación del sufragio de las mujeres. Era la primera Constitución democrática parlamentaria completa, con toda la participación posible, que tuvo lugar en nuestro país, pero en el marco de una época que comenzaba a abrirse a un mundo nuevo, en el que todo era posible, estuvo a punto de peligrar una realidad que arriesgaba convertir en absurda y fantoche la pantomima electoral, porque la elaboración de las listas al parlamento habían permitido que las mujeres figurasen en las mismas y fueran elegidas diputadas, con una pequeña peculiaridad: ni podían votarse ellas, ni otras mujeres podían elegirlas.

En este marco, que a lo largo de unos pocos meses elaboraría el texto legal más libre y democrático que la historia había tenido hasta entonces, la voz de una mujer abría el debate en la cámara, proclamando la necesidad de legalizar un hecho y un derecho. Era la voz de Clara Campoamor, que tendría que enfrentarse a la de otra mujer, la de Victoria Kent que, con sus razones quería retrasar esa posibilidad.

La compañía La Otra Isla pone en pie desde hace unos años un montaje teatral en el que se recoge la posibilidad de un encuentro entre la Campoamor (Estela Perdomo) y la Kent (Diana Ramírez), para debatir ante el público los puntos de vista. En un formato que mezcla comedia y debate serio, así como situaciones históricas con otras ficticias, tratan de justificar lo que podría ser el enfrentamiento en las visiones de ambas luchadoras.

Una introducción a través del lienzo del teatro y la arena del tiempo, la compañía introduce a una Clara Campoamor escribiendo en 1935 su libro El voto femenino y yo: mi pecado mortal. La obra escrita y dirigida por Fernando Becerra Bolaños desplaza a los personajes sus dos protagonistas a lo largo del tiempo, desde una mujer en presente que viaja hasta meterse en la piel de la protagonista, y que se moverá entre una Clara Campoamor en Lausana, donde se exiliaría en el último recorrido hasta su muerte, sin poder retornar a su país, y los momentos del procedimiento de debate con su homóloga y colega de estudios de Derecho, Victoria Kent, con la que tendrá un duro debate.

El ideal era común, las decisiones no siempre van a gustar a todos”, dice “pero las decisiones ¿quién las toma, la cabeza o el corazón?”. Entre debate y posicionamiento, los personajes dejan entrever otras realidades sociales, como la pertenencia de ambas al Lyceum Club de Madrid, una asociación de mujeres que integraba a la élite intelectual de la época, y que funcionó entre 1926 y 1939. O los estudios en leyes de ambas, con las correspondientes distancias ya en ese momento

Un tercer personaje se va introduciendo desde el comienzo, a modo de maestro de ceremonias, o de presentador. Es el propio autor y director quien le da vida, y acabará siendo el punto de confluencia de ambas mujeres, opuestas a un dominio machista de la sociedad. Llevado a modo de comedia con un Pichi de zarzuela, su personaje saldrá escaldado, como no podía ser de otra manera.

La obra que comenzara en la sala por desgracia recientemente cerrada, Espacio Labruc, se ha ido reponiendo en varias ocasiones desde 2014 hasta este 2017. Si bien una buena parte de comedia y parodia están presentes en la misma, hay que destacar que la parte histórica sirve para recuperar la memoria de ambas, y de una República que comenzó a comprender que las libertades debían hacerse extensivas: y lo hizo...