MAITÉ CAMPILLO. “Matilde Landa… Lucho, luego existo!”

… Años después, aquella niña regresa con el corazón henchido a incorporarse a la lucha contra el franquismo. En 1975 es detenida y encarcelada. Año fatídico de detenciones masivas y fusilamientos; las sacas y sus amaneceres, los pelotones de exterminio siguieron activos.










Memoria histórica…estrellas de cinco puntas 

Aún siendo consciente de que un solo “ladrillo” poco hace en la construcción de una casa o edificación del conjunto social hacia una nueva nación o sociedad pero… a base de “ladrillos”, el edificio se levanta!! La voluntad de transformar el mundo es una consecuencia de la creación artística; no lo dudo, esculpiendo sobre roca o acero las estrellas brotan: Matilde Landa es una de ellas: flor del viento, escenario, taller, esponja… Aula donde no todo es diversión; ni siquiera el teatro para niños, tiene que divertirse, sí, y también pensar, tienen que razonar y aprender. Estar frente un histórico elenco de flores del viento es como estar en un aula donde la enseñanza es lo que la palabra indica; no pasatiempo de la inercia, no negación del avance del conjunto, no en manos de un puñado de ignorantones (de ambos sexos) “lumbreras” cuyo ego y mantenimiento económico se basa en una sociedad estéril de ignorancia y nefasto entretenimiento. Como humo entre dedos, el telón se cierra y las butacas van quedando vacías; Matilde Landa fue protagonista de la buena educación en aulas y
conferencias. Flores del viento. Quijotes de la ilusión avivando sueños de esperanza talando y tallando trazos de la nueva sociedad entre pinceladas y actos de conciencia por excelencia que forjan permitiendo variaciones, donde el ser avanza superándose como uno más en la escala de valores de futuro floreciendo la expresión de la alegría colectiva, el amor que vincula la realidad histórica con el presente en que vivimos. Esta metodología didáctica la entraño dentro de mis vísceras como filosofía del género artístico que yergue como símbolo ideológico insustituible de la gran hazaña de la vida; y los sobresaltos de la muerte. Se trata de comprender los avatares de la vida antes de entender el teatro. El camino es largo y duro, el batallar, más de lo que en un momento determinado hubiéramos aceptado de alguien pesimista o derrotista que para el caso es igual, de lo viable o no de nuestra lucha, pero no es menos cierto que es más mucho más corto de lo que parece, si el ejemplo del “ladrillo” cunde entre nosotros; la sumisión de la “izquierda” de hoy es la gran pena de un mundo por conquistar.

A Matilde Landa la pilla el golpe de Estado fascista contra la República en Madrid, desencadenando una guerra contra el pueblo. El gesto vale más que mil palabras, más importante que el parlamento es la reacción de vivir, de sentir el dolor y olor que se avecina; reacciona con urgencia, se moviliza contra la agresión y entra a formar parte del 5º Regimiento. Tiempo implacable. Los cuadernos se vacían apostando sus letras por el ritmo de la urgente danza, ocupan espacio en las calles sobre murales y carteles; es el empuje del viento de las flores que las convocan, ser o no ser; las proclamas hierben de algarabía participativa sobre la nueva sinfonía ¡NO PASARÁN! Sí, el amor es una llama con apetito de arder y la casa de la compañera se abre al mundo, pasan las llamas; en ella vivió el “Comandante Carlos” con Tina Modotti, y se reúne la dirección del PC, con su autentico dirigente de nombre José Díaz. Eran los años en los que la popularidad revolucionaria de Matilde Landa efervecía desbordando responsabilidad. Ante la afluencia de heridos se incorpora a las tareas sanitarias en un hospital de guerra donde faltan camas, ambulancias, enfermeras, material sanitario, médicos, víveres; su abnegación es total en la organización del Hospital Obrero de Cuatro Caminos, en la recogida de refugiados, desde Almería hasta el frente extremeño, va forjando la leyenda ¡abran paso a la guerrillera! “ Matilde era un relámpago”, dice Elvira Ontañón: pertenece al “batallón del talento”. Elige los lugares donde el dolor y peligro es mayor. Junto a Tina Modotti y otras compañeras organiza el Socorro Rojo Internacional (SRI) para atender y ayudar a los heridos de Madrid y posteriormente de los “huidos”, la gran masacre de Málaga. Incansable recorre pueblos y frentes de guerra organizando conferencias para reforzar los frentes de lucha. Se trata de empujar el espíritu de combate, animar y fortalecer la moral de los combatientes republicanos. Conoce al poeta Miguel Hernández; crece la amistad entre ambos cuando en 1938, Matilde formaba parte de la sección de información popular del subsecretariado de propaganda del Gobierno de la República. Recuerda los versos de Miguelito “A Matilde” en esos momentos terribles de represión carcelaria ¡cuánta falta me hacen ahora esos versos! ¿cómo eran?, se pregunta dándose ánimos: “Un fusil a cada mano
 y en cada día una hazaña… Voy a
combatir al alemán que nos da guerra, hasta conquistar los horizontes de mi tierra”.

¿Cómo será ser, simplemente ser uno mismo; ser, se puede? Como cuando navegamos al interior de nuestro propio descubrimiento; Matilde Landa se aferra a la vida, quiso vivir y morir eternamente en su recuerdo, mundo por el que había luchado el único en el que creía. Había llegado el monstruo a forma de ley de dimensión escalofriante cabalgando a sus anchas. La Iglesia pancista fue una gran aliada de esa máquina de guerra, que se desarrollaba con virulencia y saña sobre una paz que no dio por concluida la guerra por ellos provocada y para ello sus tropas militares o eclesiásticas necesitaban cualquier cosa menos cerebro. Una paz que no dejó de estar en manos del poder de las armas del despotismo militarista rodeado de la “sagrada” aureola de instituciones fascistas a los que todo les estaba permitido. Y la primavera truncada aportó un verano torcido; corrompiendo, degradando sus tropas al salvajismo más ruin y decadente, sometiendo y esclavizando bajo sus hordas, asesinando a la mayoría del pueblo y sus líderes naturales. Y el ‘monarca vitalicio’ a manos de los monopolios y del militarismo imperial de la Alemania nazi, el “ideal” estatal que aniquilara los derechos de los pueblos, el “líder” histórico de la crueldad a manos de Hitler y Mussolini; aportó un tsunami de sangre obrero-campesina sembrando de muerte la tierra. Eran tiempos de dolor, de paseos a la muerte en una época en que se agudizaba la lucha contra el capitalismo militarista de las potencias europeas por donde se filtraba el capital financiero, destructor de nuestros campos de cosecha y formas de vida humana que bañaban la ciudad de una futura industria, riéndose de sus derechos y su justicia; todo estaba planificado para aniquilar la República.

¿Hasta cuando los “malos” seguirán siendo feos y apestosos, serán acaso comunistas o anarquistas de la columna Durruti? El monstruo a forma de ley la observaba y se reía; quede claro que no es lo mismo oír que escuchar. Para la mentada Iglesia pancista al servicio del despotismo militarista, Matilde Landa se convirtió en “un instrumento de satanás”, con una cultura elevada que les sobrepasaba, que había que aniquilar, cuanto menos reconvertir a las hordas fascistas que provoca la ‘masacre de Badajoz’ (lugar de nacimiento de Matilde) asesinando miles de republicanos y pueblo en general en la plaza de toros: “… se retiraron de la arena moros y legionarios y comenzó un ametrallamiento masivo. Durante largo rato silbaron las balas, hasta el extremo de que los tiradores fueron reemplazados en varias ocasiones. No más de dos o tres personas sobrevivieron de las más de 4.000 que se hacinaban en el foso y que fueron a parar a fosas comunes. Al amanecer del día 15, se volvió a llenar la plaza de prisioneros y hacia las seis de la mañana comenzó un nuevo tiroteo de ametralladoras que duró dos horas”. Hay estudios que estiman unos siete mil o más en los dos días y las tropas franquistas de Yagüe que no hubo tal matanza; varias decenas de guerrilleros fueron asesinados en la catedral ante el altar mayor (Mario Neves, corresponsal del Diario de Lisboa, narra el terror vivido aquellos dos días de agosto de 1936): “Quiero dejar Badajoz cueste lo que cueste, lo más rápido posible y
prometiéndome a mí mismo que no volveré nunca. Por mucho que me mantenga en la vida periodística, jamás se me presentará acontecimiento tan impresionante como el que me ha traído a estas tierras ardientes de España y que ha logrado destemplar completamente mis nervios”.

La impotencia toma cuerpo sobrenatural avivando un viaje a la esperanza: sobrevivir a la degradación sometida, consciente de que sólo la cultura aplastada por las tropas nazis golpistas será capaz de generar un arte, una sociedad en esencia opuesta a las potencias de guerra; no quiso deshacerse de la palabra libertad que a ella misma encarnaba. Cuando Matilde se vio acorralada dentro del “cuartel” bélico de destrucción sin salida; su perfil resume el papel protagónico de la inteligencia humana y su acción social ¿cómo podría seguir viendo dentro de él sin la unidad de acción que había contribuido a su edificación? ¿a su fértil humedad de retoños por donde manó su propia vida, sin ese día a día de construcción socialista después de haber experimentado la irrupción de su base científica? ¿la síntesis entre arte y ensayo para la consolidación cultural de los pueblos ¿ese arte de transmitir fondo y forma de desarrollo a un “trapo” por bandera que promueva la reflexión, o un objeto inanimado cargado de balas? Aroma que alimentó generosa e entusiasta en actos de conciencia; sustento de alas contra el invasor. Desde los albores de la humanidad la guerrillera se va curtiendo… Matilde Landa aprendió avanzando de pueblo en pueblo, de plaza en plaza, de valle en valle convocando, reafirmando bases sobre otro mundo posible; fruto de primaveras de esfuerzo.

Y prefirió la muerte al bautismo; vía crepitante como una floración consciente de que para nosotros solo tiene un ciclo, el que vivimos abriendo camino en complicidad con nuestros ideales. Nunca perdonaría la Iglesia pancista a una mujer victoriosa como Matilde Landa. Los portavoces del “Creed sin dudar” generaron un clima de asfixia y acoso permanente; maleza que se interponía a su lealtad. Perseguida, sometida a un atroz catolicismo ciñendo garganta y cintura de forma esperpénticamente humillante; fanatismo oscurantista de épocas feudales dentro de la cárcel de la Isla de Mallorca. Portavoces de una convincción ideológica de carácter militarista que no difería del resto del Estado en ganar méritos ante las hordas nazis y sus gendarmes falangistas del Movimiento. Acorralada por éste organismo, que creó más que la propia hambruna, un clima de exterminio no solo físico-psíquico generando una total impotencia a cientos de presas en un contesto político, donde el desenlace de la guerra provocada tras el golpe de Estado a la República, cercó en la muerte al movimiento obrero-campesino y su intelectualidad revolucionaria, en una constante amenaza internacional hasta hacer de la posguerra, una guerra interminable con los últimos fusilamientos un 27 de septiembre de 1975; los sucesores del franquismo sin Franco siguieron matando en su vía democrática del pacto para la “libertad” que nunca llegó.

La dirigente del PC se suicidó en el penal de Mallorca el 26 septiembre de 1942. Día en el que el régimen franquista había organizado su conversión al catolicismo, Matilde Landa Vaz, elige la muerte al chantaje, única vía posible de rebelión frente a la humillación de tener que redimirse ante el fascismo. Como el luchador escritor y guerrillero argentino Francisco Urondo “eligió vivir a matar el tiempo”; cogió el vaso vacío del rumor del pino y la palma en sus manos y brindó por la libertad, una forma de decirnos “si ustedes lo permiten, prefiero seguir viviendo”. Antes de suicidarse escribió una carta a su hijita donde, de manera encubierta, se despide de ella rogándole perdón; la ceremonia de su bautizo ya estaba preparada… “Esta carta no te va a llegar nunca. Y no es porque el tiburón la vaya a hacer trizas, sino porque apenas me quedan fuerzas ya para seguir convirtiendo esta cárcel de la calle Salas en el antiguo asilo de ancianos desde cuyo piso alto admiro las agujas de la catedral y me llega el rumor de la palmera y el pino, que conversan en su lenguaje de vida vegetal de patio a patio. Hoy es el gran día, dicen. Doña Bárbara, otras señoras de Acción Católica y las monjitas andarán relamiéndose con el triunfo. El dolor del pecho no me deja pensar, Carmencilla; pero no creo que el aceite alcanforado alivie mi sufrimiento, porque otro dolor, más hondo, es el que me acucia (…) No puedo ver sin llorar los rostros de esos niños a los que amenazan con dejar sin leche si yo no me convierto (?)… Tú sabes, Camencilla, lo mucho que me preocupan los niños, los más desgraciados, con sus corazoncitos, tan sensibles y tan a merced de los caprichos de los mayores. No puedo, no puedo aceptarlo. Sería como prostituirme… ¿Será lo mío un capricho? Espero que me sigas queriendo y que te acuerdes de mí a pesar de lo que te cuenten (…) Se va haciendo tarde, Carmencilla. Oigo ruido de motores y verjas que se abren”. Y cuentan que cuando terminó de escribir la misiva la metió en un sobre azul y después la colocó en su pecho; mientras comenzaban a llegar los coches oficiales que acarreaban a los verdugos y sus cómplices, trepó hasta la segunda galería de la cárcel dejándose caer. Eran poco más de las seis de la tarde. 45 minutos duró la agonía de Landa; completamente inconsciente, las autoridades eclesiásticas de Illes Balears aprovecharon para “bautizarla” o clavarla el puñal como tiro de gracia en articulo mortis.

… ¡Ay, Matilde, compañera de ojos como de luna llena en busca de esa estrella que te llevaría a la libertad! Pero que un día, un mal día fue desviada de la vía láctea para esconderla en el baúl de la muerte, en el agujero negro de la galaxia recalcitrante. Una estrella roja, un rubí, fue robado de tu vista y lo que llamamos cielo quedó más negro que la sotana del cura o el “burka” de las monjitas del penal (… chinches, muchos chinches, judías al mediodía bailando en agua a veces con manojos de pelos, leche agria, arroz de “pescado” con las espinas, catequistas para ayudar a las presas a “bien morir”) Catalina Vich tosía continuamente y cuando sus compañeras avisaban a las monjas, ellas se excusaban: “¡tenéis que pensar que estáis aquí para sufrir!”.

… Agosto de 1940, dos meses después de la conmutación de la pena de muerte, Matilde Landa es trasladada a la prisión de Palma de Mallorca. Allí sufrirá un asedio sistemático que desemboca en el suicidio. Un 22 de junio, dos meses antes del suicidio, una nota de la Prisión Central de Mujeres de Palma informa a sus superiores jerárquicos en Madrid de la irreductibilidad de la reclusa: “Vigilada su actuación de cerca, resulta ser muy peligrosa su convicción comunista. Durante un largo período de tiempo, por una dama de Acción Católica, guiada por el Reverendo Capellán de esta Prisión, se intentó atraerla al Campo Católico; resultando negativo. No está bautizada. Estuvo dos meses recluida a celda de aislamiento por su propaganda cautelosa comunista”.

… Hija de unos padres tan avanzados en su tiempo; es educada en el pensamiento libre, en las ciencias, en el arte, contra el oscurantismo de sectas religiosas y demás rapiña hacía otros horizontes donde poder desarrollar tus ansias de libertad, de amor en esa República que ya despuntaba una sociedad lejos de inquisidores de la era Medieval. En la Residencia de Estudiantes te encontraste con otras mujeres que ya despuntaban participación, organización, compromiso, lucha y mucha ternura, la que nos convierte en gente más allá del “ser” animal; y tuviste que dejarla debido a una dolencia pulmonar que te acompañó como lapa en roca hasta tu muerte; pero tu tesón del saber de la vida (de que nadie te quiere más que el que te hace ver la “piedra” que nos dañará las rodilla y quebrará la cabeza) del desarrollo de las ciencias sociales y políticas te hizo que volvieras con más ganas y más fuerza.

… ¡Ay, Matilde, la comunista que se unió al que más quería y empezó una nueva vida para ti! Dejándote caer con todo avanzaste sobre el umbral de las luces, reafirmando el combate contra el lado oscuro de la alienación que mece la cuna del cobarde; exige una buena dosis de conciencia: “ Finalmente soy miembro de un partido que siempre he estimado y militante de un movimiento al cual quiero dedicar toda mi vida”. Al poco, en 1936, la oligarquía, la iglesia a la que tanto aborrecías y “sus militares” truncan la vía láctea, camino de justicia y libertad para los trabajadores y estudiantes, para la cultura y el progreso y se avecina una mancha belicosa y repugnante encapotando el gran foco de luz, que pronto se extendería por todo el Estado y más tarde por toda Europa.

… Las garras del nazifascismo arrancaron de cuajo millones de alas y talentos como el tuyo Matilde, compañera. Porque una cosa es el progreso y la otra es la explotación, y porque lo verde de la hoja de las flores del viento está tras la enigmática espiral que marca los nuevos momentos que ayudan a saltar con luz propia los sentimientos; aunque para ello tus ojos de luna llena tuvieran que apagarse como una bombilla, de corazones dispuestos a construir una sociedad libre de opresión que romperían con el silencio del crimen organizado. Porque una cosa es morirse de dolor, y otra bien diferente es morirse de vergüenza, como diría el poeta Mario Benedetti UNO NO SIEMPRE HACE LO QUE QUIERE. No, uno no siempre puede por eso estamos así mirándote-mirándonos, añorando el sudor de tus poros de valentía y coraje, tu humedad que se resiste a la sequedad y el silencio oscuro de la muerte, por eso estoy así pensando, sintiendo y hasta afirmando.

… Febrero de 1939: cae Cataluña, a la República le quedan días; la mayor parte de los dirigentes del Frente Popular van al exilio. Su marido, Paco Ganivet, Tina Modotti, el comandante Carlos… Matilde la guerrillera se muestra irreductible en su decisión de permanecer al pie del combate; te detuvieron un 4 de abril mientras preparabas la huida de dos compañeros de lucha, trasladada a la Dirección General de Seguridad permanecerás seis meses en una celda de castigo sin ver la luz; sometida a
Consejo de Guerra fuiste condenada a muerte.

… Se cuenta que te habían ofrecido salir libre si renegabas públicamente del Partido, conociendo a la bestia te negaste; no era sino chantaje para despersonalizarte pública, ideológica e intelectualmente NO BASTABA CON VENCER, había que humillar y “convertir a los derrotados”. Y te convirtieron en objetivo de la iglesia balear; su conversión al catolicismo sería una gran arma propagandística “para minar la moral de los vencidos”.

… Había que seguir matando, descomponiendo, desfigurando. Fuiste apartada del resto de presas, aislada de todo y de todas sólo podías hablar con Bárbara Pons, de Acción Católica, quien se encargaba de que finalmente aceptaras tu conversión por imposición al catolicismo; elegiste la única libertad posible enclaustrada en manos de los servidores de la máquina de guerra: “ Cuando se escriba sobre la guerra civil española, la mejor página será dedicada a dos personas: Antonio Machado y Matilde Landa”. Palabras de amor y compromiso dichas por Vittorio Vidali “comandante Carlos”, uno de los fundadores del 5º Regimiento.

NOTA

Ángela Gutiérrez: “En Palma hubo algunas que murieron por problemas de alimentación, porque había gente que recibía muy poco, y con lo que daban allí no bastaba. También se daban mareos, cuando nos mandaban hacer gimnasia se mareaba gente y se caía”… La mayor parte de las antiguas reclusas hablan de la ayuda que les llegaba del pueblo de Palma. Sin ese gesto de solidaridad no hubieran podido sobrevivir. Según parece en ello jugó un papel decisivo el núcleo del SRI que siguió funcionando en la clandestinidad. Incluso los pescadores enviaban a veces pescado a la prisión, aunque las monjas lo requisaban y vendían en el economato: una muestra inequívoca de caridad cristiana. En segundo lugar me referiré a las acciones de resistencia emprendidas y los castigos que acarrearon. No hay que olvidar que los servicios religiosos eran obligatorios y las presas tenían que cantar los himnos fascistas. Si bien nos consta que tuvo lugar algún plante y están documentadas ciertas acciones simbólicas, aprovechando efemérides como el Primero de Mayo, la mayor parte tuvieron un carácter esencialmente autodefensivo y de solidaridad humanitaria: comunas para distribución de comida, grupos de alfabetización o de debate sobre todo. Acciones que por supuesto, y al margen de su utilidad práctica inmediata, constituían un poderoso acicate moral para unas mujeres sometidas constantemente a humillaciones.

Tomasa Cuevas: “En Palma de Mallorca se ha pasado mucha hambre… Creo que en todos los penales, pero allí mucha (…) En Palma de Mallorca no hemos muerto todas, como chinches, porque daba la casualidad de que el clima era muy bueno, pero si llega a ser una zona fría con el hambre que hemos pasado nos morimos todas. En aquella prisión la gente se moría de pie; estábamos formadas y de pronto se caía una y se había muerto”.

PD.

Carmen López Landa, hija de Matilde, recordó a través de cartas el legado que le dejo su madre a los 7 años (que bien puede interpretarlo los versos que escribiera Miguel Hernández: MI CASA es una ciudad con una puerta a la aurora, otra más grande a la tarde, y a la noche, inmensa, otra)… “Me considero que fui privilegiada, si comparo el destino de muchos otros niños de la guerra y de los que mi padres enviaron al exilio, como los que se quedaron en España y fueron víctimas del terror, represión y el hambre de posguerra. El franquismo y su mayor pilar la iglesia logró que el miedo se apoderase de muchísimas familias y el silencio de los horrores sufridos ha durado mucho, durante muchos años… demasiados años”. Carmen López Landa recuerda cómo se entera de la muerte de su madre cuando tenía 11 años, a través de un artículo del diario España Popular del PC de México, aparecía un gran titular: “Matilde Landa otra víctima del franquismo; se trataba de mi madre… Quisiera aprovechar esta ocasión para decir que el mismo titular me sigue mereciendo a todas las víctimas anónimas que dieron la vida por sus ideales, por la República, hombres y mujeres. También a los que no murieron, pero perecieron toda clase de espantos. No es retórica es algo que siempre he llevado clavado en el corazón”. Terminó su intervención para la historia con un párrafo de una de las cartas escrita por Matilde en febrero de 1941, desde el penal de Mallorca, cuando aún no cumplía 10 años y vivía con sus tíos y primos en México. Carta que su madre podría haber escrito ayer mismo: “Las guerras, las injusticias y el hambre azotan a millones de personas y los niños son las primeras víctimas inocentes, los más indefensos y vulnerables de todo el horror desencadenado. Carmencilla querida… cuanto me alegra que estés bien y contenta, el hecho que tu hayas tenido la suerte, de que te rodeen personas, que te quieren tanto y se ocupan tantísimo de ti, no te haga ser egoísta y olvidar a los niños que han tenido menos suerte que tú. Piensa en ellos y no olvides sobre todo a los que han dejado sin padres, estos son los más desgraciados y los que merecen nuestra mayor atención creo que no olvidarás y quisiera que todos los días hicieras algo por ellos. Esto no es sentimentalismo ni caridad sencillamente es tu obligación”. Las 29 cartas que conservó su hija, corroboran que Matilde Landa no renuncia a participar en su educación, estimular su conciencia, la solidaridad con los más desvalidos, el saber discernir entre caridad y deber… Cartas de vida y optimismo que enlazan y educan: “Este sanatorio es muy alegre” “Lo peor son los amaneceres”, escribe cuando quiere aludir a los fusilamientos. Matilde Landa inventa para la comunicación con su hija un personaje llamado Elvira, nombre clandestino en su militancia… Años después, aquella niña regresa con el corazón henchido a incorporarse a la lucha contra el franquismo. En 1975 es detenida y encarcelada. Año fatídico de detenciones masivas y fusilamientos; las sacas y sus amaneceres, los pelotones de exterminio siguieron activos.

Maité Campillo (actriz y directora de teatro)