«A LA CAZA DEL PSUC»
«A LA CAZA DEL PSUC»:



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Escribe Salvi Jacomet


Crónica personal de un partido que aglutinaba la lucha catalana por la libertad y que incomodaba tanto al franquismo como a cierto antifranquismo español.

El PSUC fue más que un partido: trascendió los esquemas de la organización comunista clásica y ha acabado nutriendo de cuadros todos los partidos del espectro catalán hasta nuestros días. Tanta fue la influencia del PSUC, que fue considerado un peligro geoestratégico por los guardianes del neoliberalismo. La CIA contribuyó a liquidarlo. En los años 60, la afiliación a CCOO y el Sindicato Democrático de Estudiantes le dio mucha fuerza. Y desde el 1968, con la condena de la invasión soviética de Checoslovaquia y con la participación en la Asamblea de Cataluña, se convirtió en un partido transversal.
En 1990, Antoni Batista viajó a EEUU tras la historia del sheriff Wyatt Earp, pero se encontró el complot de la CIA contra el PSUC. Años después, el asesinato de un agente de la CIA en Barcelona le dio las claves de lo ocurrido
Todo lo que se dice en este libro es verdad, pero una verdad no siempre conocida. A medio camino de la crónica personal y el periodismo literario, el libro de Antoni Batista se lee como una novela. Este libro nos permite conocer de primera mano la historia del PSUC y el sacrificio de sus militantes en su lucha contra la dictadura…

Javier Cercas explica muy bien el papel de los comunistas durante la Transición:

uno de los errores fundamentales de la izquierda española consiste en haberle entregado el mérito de la Transición a la derecha, lo que a ésta le permite presentarse como casi única constructora de la democracia. Se trata de una flagrante falsificación histórica. La verdad es que la derecha española no quería la democracia, o quería una democracia tan limitada que apenas puede llamarse democracia; fue la izquierda –y muy en especial el PCE– quien empujó hasta conseguir una democracia plena. Por supuesto, el resultado no fue el que la izquierda quería; pero tampoco el que quería la derecha: el resultado fue un pacto. En eso consiste la política democrática: en ceder en lo accesorio para no ceder en lo esencial. Para el PCE de aquella época, al cabo de 3 años de guerra y 40 de dictadura, lo esencial era la democracia: la construcción de un sistema político donde todos cupiésemos. Eso fue lo que se consiguió. Y a eso contribuyó decisivamente el PCE, que desde finales de los años cincuenta apostaba por la reconciliación nacional, por no ajustar cuentas con el pasado y por lo que luego se llamaría la “ruptura pactada”. Si se recuerda que quienes proponían tal cosa eran gentes que habían llevado el peso brutal de la lucha antifranquista y que habían padecido exilio, persecución y a veces cárcel y tortura, se entenderá por qué ésa era una apuesta heroica.”
A LA CAZA DEL PSUC representa el reconocimiento a tados los militantes comunistas que, en palabras de Cercas “
eran gentes que habían llevado el peso brutal de la lucha antifranquista y que habían padecido exilio, persecución y a veces cárcel y tortura.”